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miércoles, 7 de marzo de 2018

La oración de Pablo por los efesios.

Efesios 3:14-21 (RVC)

I. La oración de Pablo por los efesios.

1. "Yo me arrodillo delante del Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe su nombre toda la familia en los cielos y en la tierra" (vs. 14-15).

PARA:

a)                 "que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder" (v. 16).

b)                 "que por la fe en Cristo habite en sus corazones" (v. 17a).

c)                   "que arraigados y cimentados en amor, sean plenamente capaces de comprender con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo" (vs. 17b-18).

d)                 "que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento" (v. 19a).

e)                   "que sean llenos de toda la plenitud de Dios" (v. 19b).

Leer este pasaje nos hace pensar si cuando intercedemos por las personas que amamos, nos arrodillamos delante del Padre. Esta forma de orar del apóstol Pablo es un modelo para nosotros. Acudimos al Padre porque de Él es todo lo que hay en la tierra, acudimos a un Padre que también lo es de nuestro Salvador y de nosotros.

Interceder por otros implica entonces, según esta oración, de que sean fortalecidos en su interior con su Espíritu; no es una oración para que la fortaleza provenga de las riquezas, de las capacidades o virtudes, sino provenga de Dios mismo.

Interceder por otros implica que haya fe en Cristo en sus corazones; no que haya fe en ellos mismos, en otras personas o en otros objetos. La única fe necesaria es confiar en Cristo, porque Él es el único Mediador, porque Él verdaderamente resucitó y está sentado a la diestra del Padre; no es la fe en que el alma de nuestros seres queridos nos cuidará y nos ayudará, no, la fe en Cristo es la que necesitamos que habite en nuestros corazones.

Interceder por otros implica que las personas por quienes oramos sean y permanezcan plantados en el amor, pero no en el amor del que comúnmente se habla, sino del amor de Cristo que es magnánime, profundo, inmenso y eterno de Dios, para que lo conozcan de manera individual y de manera comunitaria.

Interceder por otros implica que las personas sean llenas de toda la plenitud de Dios, por lo cual Él será el Padre, el Amigo, el Médico, el Esposo, el Juez, el Proveedor, el Maestro, el Consolador, el Guía y todo lo que puedan necesitar según sus particulares circunstancias.

Gran modelo de oración es la que hoy recibimos, entonces, en segundo lugar quedarán aquellas oraciones que en ocasiones pronunciamos: "Señor, dale salud, dale dinero, dale trabajo, dale fortaleza, consuelo, etc.". Esto no significa que esté mal que pidamos esto para las personas por quienes intercedemos. Lo que puede significar más bien es que en medio de su enfermedad, carencia, desempleo, debilidad, tristeza, etc., la plenitud de Dios se manifieste en ellas, y su fe sea engrandecida, y estas adversidades sean el medio para que conozcan la magnanimidad del amor, de la Gracia y de la fidelidad de nuestro Dios.

Por ello, el apóstol Pablo, formuló la siguiente aseveración: "Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea dada la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén" (vs. 20-21).

Gracias a Dios por la oración de Pablo por los efesios, que hoy es un modelo de oración para nosotros a fin de interceder de mejor manera por las personas.

 

Isabel Mamani Oño

La Paz, Bolivia

(RVC: versión bíblica Reina Valera Contemporánea).


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